Consejos para manjar con lluvia

Conducir bajo la lluvia cambia completamente el escenario en la ruta: el asfalto se vuelve más resbaladizo, disminuye la visibilidad y los márgenes de error se reducen. Ahora que los días de otoño son más cortos y las lluvias más frecuentes, es fundamental estar preparadas para enfrentar estas condiciones sin estrés.
Acá, una guía práctica para principiantes que quieren ganar confianza al volante, incluso cuando el clima no acompaña.
Antes de salir: todo en condiciones
- Chequeá las luces: Asegurate de que todas funcionen correctamente (posición, bajas, altas, freno, giros, retroceso, balizas y antiniebla) y que estén limpias para una mejor visibilidad.
- Limpiaparabrisas y sapito en óptimo estado: Indispensables para despejar el agua del parabrisas. No subestimes su importancia.
- Vidrios impecables: Un parabrisas sucio multiplica el riesgo, sobre todo de noche.
- Neumáticos en buen estado: Verificá dibujo y presión de aire (lo encontrás en la puerta delantera, tapa de combustible o manual del vehículo).
- Celular cargado y cargador en el auto: Estar comunicada ante cualquier imprevisto es clave.

Limpiaparabrisas y sapito en óptimo estado: Indispensables para despejar el agua del parabrisas. No subestimes su importancia.
En la ruta: conducción preventiva
- Reducí la velocidad: La regla número uno. El piso mojado exige mayor distancia de frenado.
- Usá siempre luces bajas: Obligatorias en lluvia, niebla o de noche.
- No uses balizas en movimiento: Úsalas solo si te detenés.
- Distancia de seguridad: Ampliá la separación con el vehículo de adelante.
- Maniobras suaves y progresivas: Evitá movimientos bruscos que puedan hacerte perder el control.
- Frená con técnica: Pisadas cortas y suaves ayudan a secar los frenos y evitan bloqueos.
- Cuidado con el aquaplaning: Si sentís que “flotás”, soltá suavemente el acelerador, no frenes bruscamente y mantené firme el volante.

Evitá grandes charcos: Podrían ocultar pozos o generar pérdida de tracción.
Si manejás de noche con lluvia
- El doble de atención: La baja visibilidad y el asfalto resbaladizo exigen máxima concentración.
- Preferí rutas bien iluminadas: Siempre que sea posible, elegí caminos con buena iluminación.
- Regulá el brillo del tablero: Para no fatigar la vista.
- Música o podcast que te mantenga alerta: Una buena compañía para evitar el sueño.
- Ventilá el habitáculo: Para que no se empañen los vidrios.
- Sacate el abrigo: El cinturón debe ajustarse directamente sobre el cuerpo.
En viajes largos: más planificación
Durante escapadas o vacaciones, la preparación es todavía más importante. Planificá paradas cada dos horas para descansar, chequeá el pronóstico del tiempo antes de salir y mantené una actitud tranquila. Recordá: en un viaje largo, la paciencia y la atención son tus mejores aliados.
Llegar segura siempre es la prioridad. No te apures, no conduzcas cansada y confiá en vos misma: manejar bajo la lluvia es una habilidad que se fortalece con la práctica y la precaución.