A 30 años de la vuelta de la Fórmula 1 a la Argentina: de la emoción de Reutemann con la Ferrari a una multitud bajo un temporal

Pasaron 5.110 días desde aquel 12 de abril de 1981, la jornada en la que Carlos Alberto Reutemann fue segundo en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, hasta el 9 de abril de 1995, el domingo en el que los fanáticos argentinos volvieron a tocar el cielo con las manos ya que la Fórmula 1 regresó a nuestro país en el marco de un fin de semana lluvioso. Recuperar la fecha fue un desafío que duró cuatro años y, a diferencia de las 17 ediciones anteriores, la organización fue privada, con dos periodistas cumpliendo un rol clave en la gestión. Esta es la historia del emotivo regreso que tuvo como protagonista al propio Lole, pese a que ya se había retirado.
La convertibilidad con la paridad del peso con dólar estadounidense fue la base para plasmar el retorno. Si bien a comienzos de 1991 fue el Estado el primero que intervino para repatriar la fecha, con el correr de los meses eso quedó en buenas intenciones, aunque desde Casa Rosada siempre brindaron un apoyo institucional. El sector privado tomó la posta y el ingeniero Luis Rizzi quiso organizar la carrera en 1993 en un circuito en los bosques de Palermo, reeditando las carreras de fines de los años cuarenta y por caso tuvo la primera victoria de un argentino sobre los europeos, cuando el 6 de febrero de 1949, Oscar Alfredo Gálvez venció con un Alfa Romeo. Si bien Rizzi llegó a reunirse con Bernie Ecclestone, por entonces director ejecutivo de Formula One Management (FOM), la empresa que maneja los derechos comerciales de la F1, el proyecto no prosperó porque se debía derogar la ordenanza municipal 17.348/60 que prohibía las carreras en la Ciudad, sumado a los reclamos de los grupos de ecologistas, ya que el trazado pasaba cerca del zoológico, actual Ecoparque. Estos matices pusieron en dudas a los inversores y el asunto quedó ahí.
De forma paralela, un grupo de entusiastas ya había comenzado otras negociaciones en 1992 y ellos fueron los que consiguieron el evento. Los periodistas Felipe Mc Gough y Fernando Tornello (ya era la voz de la F1 en nuestro país) y los hermanos empresarios Marcos y Federico Gastaldi, encabezaron un grupo de trabajo y crearon la empresa Gran Premio de la República Argentina S.A.
“Está claro que desde la década del ‘50, con Froilán González y el Chueco Fangio, la Argentina forma parte de la F1. Empezamos a hablar entre el ‘92 y el ‘93, pero en el ‘89 fue la primera conversación que tuve con Ecclestone, que en ese momento me dijo que no había lugar”, recuerda Mc Gough en diálogo con Infobae. “Después, en el ‘92 empezamos a hablar. Ya en el 91 compramos los derechos de televisión para Argentina, después para toda América Latina y ahí empezamos a gestionar eso. En el ‘93 lo hablamos con Ecclestone y estábamos muy cerca. Para el ‘94 no se dieron los tiempos. En octubre del ‘93 lo trajimos a Ayrton Senna al autódromo para que lo conociera. Nuestro anhelo con Fernando (Tornello), con Marcos y Federico Gastaldi era que Ayrton corriera en Buenos Aires. Él también quería venir a correr acá Pero bueno, lamentablemente seis meses después de esa visita falleció en ese accidente tan trágico en Imola y eso demoró un poco toda la gestión”, añade.
En el medio fue necesario una ingeniería económica-financiera ya que toda la inversión fue privada. “Todo fue con un enorme sacrificio. Una vez Marcos Gastaldi nos invitó a Marcelo (Tinelli) y a mí a Jerez (fue sede del GP de España). Y Marcos me dijo ‘¿Vos conseguís el contrato?’. Le respondí que sí y me dijo, ‘vos conseguí el contrato que yo consigo la plata’. Marcos, con un grupo de banqueros amigos, consiguieron los avales y ¡allí fuimos!”
El tema no fue solo de dinero si no que también abordaron la burocracia para la remodelación del Autódromo. “Durante todo 1994 tuvimos que ir a negociar con la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires porque, más allá de que el Autódromo estaba bajo una concesión privada, hubo que demoler los boxes y fue muy difícil tirarlos abajo por su estructura. Hubo que hacer el circuito a nuevo ya que había cables de tela de la década del ‘50”. Además de los garajes que daban a la pista, el escenario porteño requirió una reforma de seguridad en un momento sensible en ese aspecto para la Federación Internacional del Automóvil (FIA). “Nosotros queríamos correr el circuito número 15, que era el circuito que se había corrido en la década del ‘70. La FIA me dijo ‘de ninguna manera’. Tuvimos que hacer el Circuito 6 (4.259 metros y 18 curvas) como una alternativa, sin bajar el Tobogán porque no daba el espacio de despeje de salida. Por las muertes de Senna y Ratzenberger en 1994 hubo muchas demoras en aprobar el trazado, pero finalmente lo conseguimos para 1995″.
Aquel fin de semana tuvo un impacto emotivo por la participación de Carlos Alberto Reutemann, que se volvió a subir a una Ferrari, la 412 T1, de 1994, que llevó el número 11, el mismo que el Lole empleó en la temporada 1978 en la que consiguió cuatro triunfos con la Scuderia. La exhibición del santafesino le robó lágrimas a más de uno y en especial cuando le dieron la bandera argentina. “Hace un tiempo la Asociación de Constructores de la F1 (FOCA) se contactó conmigo porque quiso hacerme un reconocimiento. Ahí me dijeron que querían que gire con una Ferrari y es una de 1994″, contó en aquel momento el subcampeón mundial de 1981. “Tenía ganas de probar y tuve que hacerlo bajo la lluvia. Para mi gusto el acelerador tiene mucho recorrido y me gustaría uno más corto, pero no se puede cambiar”, explicó. El ídolo aportó su experiencia para la puesta a punto de los autos rojos. “No hay nada que no haya pasado. Lo he vivido. Vi las mismas líneas, la ‘Vivorita’, Ombú, los mismos puntos de frenada, todo”. Su presencia, además, sirvió para que la conocida tabacalera que era uno de los principales sponsors del evento done fondos para dos instituciones benéficas de su provincia, una de Rosario y otra de la ciudad de Santa Fe.
La competencia fue ganada por Damon Hill, con Williams. El inglés al año siguiente repitió su victoria. El podio lo completaron el francés Jean Alesi, con Ferrari, y el alemán Michael Schumacher, con Benetton, por entonces bajos las órdenes de Flavio Briatore, el responsable de llevar a Franco Colapinto a Alpine. El Kaiser fue el último ganador en la Argentina, cuando se impuso el 12 de abril de 1998, ya con la Scuderia. En tanto que en 1997 venció Jacques Villeneuve, también con Williams.
De esa primera edición en el retorno de la F1, Mc Gough apunta dos anécdotas con Ecclestone. “En febrero de ese año me llamó y me dijo ‘tengo una buena noticia y una mala noticia’. Le digo ‘bueno, dame la mala’. ‘La mala es que tengo que cambiar la fecha de la carrera. La buena es que te voy a dar un mes más para que termines, porque si no, no vas a llegar a la fecha’. Y tenía razón, porque veníamos en el aire”. La carrera pudo salir flote pese a la fuerte lluvia que afectó el fin de semana. Desde el jueves con los primeros ensayos se vieron despistes, trompos y choques de los protagonistas. Hasta el propio Schumacher no estuvo exento del error. Una vez terminada la carrera, Felipe confiesa que Bernie le dijo “pensé que no lo ibas a lograr”. Aunque el magnate inglés reconoció el esfuerzo que se hizo para recuperar el evento y todo el trabajo de la organización local. “El domingo (ese día la lluvia dio un respiro) me dijo ‘mirá, lo peor del clima ya pasó. Así que tranquilo, que de acá en más es todo para arriba’. Y así fue. Luego de la carrera nos felicitó: “Lo lograron, lo sacaron adelante’. La verdad que los otros tres años fueron buenos. Se construyó todo lo que sigue estando en el Autódromo, las tribunas de la zona opuesta, la horquilla, los edificios de enfrente. Estamos contentos que después de 30 años estas obras continúen y poder recordar las anécdotas de ese esfuerzo que valió la pena”.
Pese a que durante los cuatro años se corrió con un Autódromo colmado de público (más de 60 mil espectadores), al ser una inversión privada el evento fue insostenible y no pudo cumplir con la segunda parte del vínculo para 1999. “Luego nos quedamos sin ningún apoyo financiero lógico y tuvimos que rescindir el contrato original que en realidad terminaba en 2001… ¡Menos mal! Bernie nos perdonó la salida”, revela Felipe, que hoy sigue vinculado a la producción de las transmisiones de la F1 para Latinoamérica.
Sobre la posibilidad de que la F1 retorne, Mc Gough explica que “hoy hay seis carreras en el continente americano. Es el 25 por ciento del calendario. Salvo que se caiga a una carrera, va a ser muy difícil que Argentina vuelva a tener la fecha. Pero me parece interesante que por lo menos haya el interés de llevar, aunque sea un Grado 2 al circuito, trabajar en la infraestructura y comenzar con un plan para que lo ponga arriba del radar”.
“Hoy el canon debe estar por encima de los 40 millones de dólares por año y que son contratos de tres, cuatro o cinco años. Yo creo que hoy la F1 está tratando de hacer contratos de por lo menos mínimo cinco años para establecer la logística del tema de hacer 24 carreras. Obviamente acá como está planteado el calendario, supongo que debería ser sobre el fin de año antes o después del Gran Premio de Brasil para abaratar costos de logística”, sostiene.
El pasado 26 de febrero, Infobae anticipó de forma exclusiva que avanzaron las gestiones para recuperar la fecha. Se apunta a 2027 y la organización local también es de parte privada, con tres promotores: Grupo OSD, Fenix Entertainment Group y la productora Dale Play. Este medio accedió al detalle del circuito propuesto para la FIA y la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), ya que también se aspira a que el Mundial de Velocidad de las dos ruedas, cuya categoría reina es el MotoGP, también regrese al escenario porteño. Una vez que las entidades rectoras den su aprobación, se comenzaría con las obras en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez.
Ya son 27 años sin F1 en la Argentina en lo que es el periodo más largo de ausencia. El boom generado por Franco Colapinto planteó la posibilidad de reflotar el proyecto para el anhelado regreso. El público argentino está ávido de volver a tener a la Máxima y miles de jóvenes aún no pudieron verla en nuestro país. Habrá que ver cómo avanzan las negociaciones en un mercado que cambió el paradigma con cada vez menos clásicos en el calendario y mayor presencia de los gigantes de Medio Oriente o callejeros como los Estados Unidos (Miami y Las Vegas) o el anunciado en Madrid. En ese contexto, el flamante Gran Premio de Buenos Aires (la denominación que tendría la cita) deberá ganarse un lugar en la grilla de largada.